Han pasado más de 7 meses desde que comenzó el más reciente asalto militar de Israel en Gaza, tras el ataque dirigido por Hamas en Israel el 7 de octubre, en el que 1,139 personas fueron asesinadas y más de 200 fueron tomadas como rehenes. Desde entonces, más de 35,000 palestinos han sido asesinados, incluidos casi 15,000 niños y niñas. Al menos 19,000 niños y niñas han quedado huérfanos, y toda la población está experimentando o está en riesgo de hambruna. Los bombardeos israelíes han destruido viviendas, hospitales, escuelas, universidades, infraestructura de agua y saneamiento, plantas eléctricas y negocios, reduciendo grandes partes de Gaza a escombros. Los 2,3 millones de gazatíes han sido desplazados, han perdido familiares, amigos y medios de subsistencia, en  lo que la Corte Internacional de Justicia está investigando como un posible caso de genocidio.

Para los gazatíes con discapacidad, las circunstancias no podrían ser peores: el colapso total de los servicios vitales básicos, el desplazamiento, la hambruna, las enfermedades y los bombardeos indiscriminados han creado un escenario de pesadilla en el que su supervivencia está en peligro. Las restricciones israelíes a la ayuda humanitaria exacerban los desafíos que enfrentan, limitando el acceso a alimentos, medicinas, dispositivos de asistencia y otros suministros vitales. Aunque no hay cifras oficiales disponibles, muchos niños, niñas y adultos con discapacidad han sido asesinados, incluyendo a a los defensores históricos de los derechos de las personas con discapacidad Bader Mosleh y Hashem Ghazal. Entre los sobrevivientes de esta brutal campaña militar, discapacidad y trauma serán prevalentes, y la necesidad de servicios y apoyo será de una magnitud y alcance sin precedentes.

La violencia que se está desplegando sobre el pueblo palestino, principalmente pero no exclusivamente en Gaza, ha suscitado indignación pública en todo el mundo. En todos los continentes, personas comunes, estudiantes, sindicatos de trabajadores, movimientos de derechos humanos e incluso gobiernos se han movilizado para protestar, exigiendo un alto el fuego inmediato y justicia.

Como movimiento de derechos humanos, la comunidad de derechos de las personas con discapacidad no puede permanecer en silencio. La tragedia en curso exige liderazgo, iniciativa y acción por parte de todos los sectores de nuestra comunidad; desde las bases hasta las organizaciones regionales e internacionales, así como de aquellos con mandatos de la ONU para asegurar que nuestros derechos sean respetados. Las declaraciones públicas no son suficientes.

Durante décadas, hemos luchado para incorporar los derechos de las personas con discapacidad en el seno de movimientos más amplios por los derechos humanos, construyendo puentes y una causa común por la justicia social. Ahora es cuando ese trabajo realmente importa, cuando aquellos más afectados por el conflicto armado, el desplazamiento forzado y los crímenes de guerra necesitan nuestra acción colectiva y solidaridad para sobrevivir.

Debemos seguir el ejemplo de los estudiantes de todo el mundo, incluidos aquellos con discapacidad, que una vez más están liderando el camino, expresando solidaridad con acción directa, exigiendo un alto el fuego y el fin de los vínculos financieros y académicos de sus instituciones con los responsables de la destrucción de Gaza y el sufrimiento de su gente. Algunos activistas por los derechos de las personas con discapacidad están amplificando mensajes de palestinos en las redes sociales haciéndolos accesibles para personas con discapacidad, y recaudando fondos para comprar eSims para la gente en Gaza. Estos son ejemplos que debieran  ser destacados y replicados en todo nuestro movimiento.

Con el ejército israelí ya entrando en Rafah y profundizando aún más el horror, hacemos un llamado a los líderes, activistas, expertos, investigadores y todas nuestras instituciones de derechos de las personas con discapacidad para que se sumen activamente a los esfuerzos globales para poner fin a la guerra contra el pueblo palestino:

  • Exigiendo un alto el fuego inmediato y permanente y sumándose a las acciones de solidaridad con el pueblo de Gaza.
  • Amplificando las voces palestinas con discapacidad y sus demandas en espacios y mecanismos de derechos humanos.
  • Financiando esfuerzos para apoyar a las personas en Gaza, incluidas aquellas con discapacidad.
  • Exigiendo castigo a los responsables de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, documentando la situación de las personas con discapacidad en Gaza y Cisjordania, y apoyando el trabajo de la Corte Internacional de Justicia, la Corte Penal Internacional y otros cuerpos multilaterales.
  • Contribuyendo a una acción humanitaria urgente, inmediata e inclusiva de la discapacidad en Gaza.

Colectivamente, tenemos el deber de visibilizar la situación desesperada de los palestinos con discapacidad, y exigir que los responsables de los crímenes contra ellos rindan cuentas. El costo humano y la magnitud de las atrocidades que se están cometiendo en Gaza no dejan espacio para la indiferencia.

Tras la invasión rusa de Ucrania, nuestra comunidad se movilizó para abogar por las personas con discapacidad en Ucrania, exigiendo que los responsables de los abusos rindieran cuentas. Hoy, mientras los palestinos con discapacidad luchan por sobrevivir a este horror, esperamos el mismo compromiso. Cualquier cosa menos es inaceptable.